
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silvar, sonreir, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros. |
1976,en una cárcel del Uruguay. Didasko Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener "ideas ideológicas", recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel. Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didasko le elogía la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas: -¿Son naranjas? ¿Qué frutas son? La niña le hace callar: -Ssshhhh. Y en secreto le explica: -Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas. Eduardo Galeano |
2 comentarios:
Esta lindo ese cuento ^^
claaaaaro mijito, por eso lo puse:P
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