27 may 2009

Felicidad Clandestina


"Al llegar a casa no empecé a leer. Simulaba que no lo tenía, únicamente para sentir después el sobresalto de tenerlo. Horas más tarde lo abrí, leí unas líneas maravillosas, volví a cerrarlo, me fui a pasear por la casa, lo postergué más aún yendo a comer pan con mantequilla, fingí no saber dónde había guardado el libro, lo encontraba, lo abría por unos instantes. Creaba los obstáculos más falsos para esa cosa clandestina que era la felicidad. Para mí la felicidad siempre habría de ser clandestina. Era como si yo lo presintiera. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... había en mí orgullo y pudor. Yo era una reina delicada.
A veces me sentaba en la hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. No era más una niña con un libro: era una mujer con su amante."

(Clarice Lispector, de: “Felicidad clandestina”)

2 comentarios:

BeN-HuR VaLDéS LLaMa dijo...

[...] me recuerda a las emociones de Sebastian en el ático de su colegio con "La historia Interminable" entre sus manos y su regazo ...





Un saludo no menos clandestino pero muy proclamado desde CANTABRIA

Rosie dijo...

Y quién no se sintió asi alguna vez, como esta "mujer con su amante" o como Sebastián viajando por las paginas de su libro? ¡qué ganas de re-leer la historia interminable!


Gracias Ben-Hur!